Ribó busca paliar los efectos negativos de la suspensión de las Fallas

El alcalde Joan Ribó firma una moción solicitando al Estado dos líneas de crédito excepcional y un aplazamiento de impuestos a los negocios afectados

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Joan Ribó, alcalde de València, ha presentado una moción en la que pide a los organismos dependientes de la Administración General del Estado un conjunto de medidas con el fin de apaciguar los efectos negativos que supone la suspensión de las Fallas en la economía valenciana. “Estamos ante una situación excepcional y, por tanto, nos hacen falta medidas económicas excepcionales”, asegura.

En concreto, Ribó ha reclamado bonificaciones y un aplazamiento de los impuestos por parte de la Agencia Tributaria a las unidades de negocio afectadas. También, un aplazamiento de las cuotas por parte de la Seguridad Social a esas mismas empresas. Por último, se solicitan dos líneas de crédito excepcional del Instituto de Crédito Oficial: “una para las unidades de negocio afectadas, y otra para las Comisiones Falleras”.

Además, ha anunciado que el lunes 16 de marzo las comisiones falleras podrán empezar a cobrar el 25% del coste de los monumentos falleros, lo que significa un total de 1,8 millones de euros. El cobro se realiza pronto para ayudar a colaborar con la crisis propiciada. El alcalde asegura que “este año, además, ampliaremos estas ayudas”.

Las Torres de Serranos en la Crida 2020.

En la moción, el alcalde indica que “las Fallas, declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2016, son una festividad cultural y al mismo tiempo una herramienta de refuerzo de la cohesión social». Por ello, justifica las medidas como necesarias porque la fiesta «supone un revulsivo de la actividad económica en nuestra ciudad, y en todo su entorno”.

Sobre el impacto económico de las Fallas, Ribó explica que “es una industria de primer orden para la ciudad, y no solo por los monumentos –que también- sino por todos los sectores implicados: pirotecnia, floristas, empresas de montaje de carpas, hostelería, músicos, y un largo etcétera, y por supuesto también todo aquello que afecta al turismo”.

Además, asegura que se producirá “una evidente afección en la facturación y el empleo de personal de las empresas y autónomos” y que diferentes sectores económicos vinculados directamente en la fiesta se verán afectados negativamente por la decisión tomada por razones de salud pública de suspender su celebración.

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